Fui a sacarme un analisis de laboratorio al momento de ingresar al cubículo la señorita me indico qu
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Fui a sacarme un analisis de laboratorio al momento de ingresar al cubículo la señorita me indico que la aguja era nueva la abrió delante mío, pero note que el holder o camisa plástica (vacutainer) que sirve para enroscar la aguja estaba por dentro con una manchita de sangre, supongo que estaba seca, se notaba que estaba reutilizado, ( no me dí cuenta si era de plástico o de vidrio el holder ) quizá de los pacientes que entraron antes que yo , tengo algún riesgo de contagio de alguna enfermedad? cabe resaltar que la aguja era nueva y el tubo de ensayo donde cae la sangre también , agradecería su respuesta

Gracias por compartir tu experiencia. Entiendo completamente tu preocupación: enfrentarte a una situación como esta puede generar mucha ansiedad, especialmente cuando se trata de procedimientos médicos y posibles riesgos de contagio. Valoro que hayas estado atento a cada detalle del procedimiento; es totalmente válido querer asegurarse de que todo fue realizado de forma segura.
Desde una perspectiva médica general, y con base en lo que describes, puedo decirte que el riesgo de contagio de alguna enfermedad es extremadamente bajo, prácticamente nulo. Esto se debe a varios factores clave:
La aguja era nueva y fue abierta frente a ti, lo cual es lo más importante para evitar contagios por vía sanguínea.
El tubo de ensayo también era nuevo y estéril.
El holder o camisa plástica que sostiene el tubo de recolección —donde viste una manchita de sangre seca— suele ser reutilizado en algunos laboratorios, aunque no es la mejor práctica. Sin embargo, ese elemento no tiene contacto directo con tu sangre ni con tu piel, y mucho menos con la circulación. Aunque visualmente puede generar alarma, no representa un riesgo real si la aguja y el tubo fueron correctamente cambiados.
Incluso si esa mancha era sangre seca de un paciente anterior, virus como el VIH, hepatitis B o hepatitis C no sobreviven en sangre seca ni en superficies expuestas por tiempos prolongados, especialmente si no hay una vía directa de entrada al organismo.
Desde la salud mental, también es importante reconocer el malestar emocional que esta experiencia puede generar. A veces, aunque el cuerpo esté seguro, la duda y el miedo permanecen, y eso merece ser atendido con respeto. Si notas que la preocupación persiste, o si esta experiencia te genera ansiedad recurrente, hablarlo puede ayudarte a procesarlo mejor.
En resumen, puedes estar tranquilo: con aguja nueva y tubo nuevo, no existe un riesgo clínicamente significativo de contagio, y no necesitas pruebas adicionales ni tratamiento preventivo. Si lo deseas, puedes reportar lo ocurrido para reforzar buenas prácticas en el centro de salud, y con gusto puedo ayudarte a redactar una nota formal.
Quedo a tu disposición si necesitas seguir conversando o resolver cualquier otra inquietud.
Desde una perspectiva médica general, y con base en lo que describes, puedo decirte que el riesgo de contagio de alguna enfermedad es extremadamente bajo, prácticamente nulo. Esto se debe a varios factores clave:
La aguja era nueva y fue abierta frente a ti, lo cual es lo más importante para evitar contagios por vía sanguínea.
El tubo de ensayo también era nuevo y estéril.
El holder o camisa plástica que sostiene el tubo de recolección —donde viste una manchita de sangre seca— suele ser reutilizado en algunos laboratorios, aunque no es la mejor práctica. Sin embargo, ese elemento no tiene contacto directo con tu sangre ni con tu piel, y mucho menos con la circulación. Aunque visualmente puede generar alarma, no representa un riesgo real si la aguja y el tubo fueron correctamente cambiados.
Incluso si esa mancha era sangre seca de un paciente anterior, virus como el VIH, hepatitis B o hepatitis C no sobreviven en sangre seca ni en superficies expuestas por tiempos prolongados, especialmente si no hay una vía directa de entrada al organismo.
Desde la salud mental, también es importante reconocer el malestar emocional que esta experiencia puede generar. A veces, aunque el cuerpo esté seguro, la duda y el miedo permanecen, y eso merece ser atendido con respeto. Si notas que la preocupación persiste, o si esta experiencia te genera ansiedad recurrente, hablarlo puede ayudarte a procesarlo mejor.
En resumen, puedes estar tranquilo: con aguja nueva y tubo nuevo, no existe un riesgo clínicamente significativo de contagio, y no necesitas pruebas adicionales ni tratamiento preventivo. Si lo deseas, puedes reportar lo ocurrido para reforzar buenas prácticas en el centro de salud, y con gusto puedo ayudarte a redactar una nota formal.
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